El lio con la Banda del 1 de mayo de 1936

bailelabasHasta que punto la situación política estaba tensionando de manera importante la vida en Labastida y como a su vez, lo ocurrido en diciembre de 1933 no habia hecho más que cargar los animos, lo describe perfectamente lo acontecido el 1 de mayo de 1936.

Aquel día se organizó un desfile por parte de las izquierdas del pueblo al que seguiría un baile amenizado por la Banda Municipal para conmemorar el Día internacional de las personas trabajadoras. Por la mañana, se cuenta que los carlistas locales se colocaron en actitud provocativa a lo largo del recorrido del desfile lo que no tuvo mayor repercusion gracias a la intervención del delegado gubernativo, Ignacio Martínez Amurrio. La Banda Municipal del pueblo debía interpretar varios temas, entre ellos el “Himno de Riego”, himno oficioso de la República. Sin embargo, dos músicos tradicionalistas se negaron a hacerlo, lo que originó un altercado entre republicanos y anarquistas de un lado y tradicionalistas de otro, repartiéndose golpes, lo que hizo que la Guardia Civil interviniera (el cuartel estaba entonces en la plaza).

El día continuo con relativa normalidad, pero algunos derechistas no quedaron conformes con como habían terminado las cosas en la plaza horas antes, y mientras se organizaban para dar un merecido sus rivales, varios republicanos, socialistas y anarquistas se enfrentaron a ellos durante la noche produciendose varios disparos. El alcalde tradicionalista, Luis Martínez Hidalgo, fue detenido por la Guardia Civil con un arma en la mano. Ante estos hechos, el alcalde fue arrestado y conducido a la Prisión Provincial de Vitoria, para ser procesado por tenencia ilícita de armas. En la refriega también resultó herido el concejal síndico, el también tradicionalista Alejandro Amurrio Moreno. Al intentar registrar a este concejal, este intentó huir, resultando herido de bala en la espalda, pero la bala no provenía de un fusil mauser de la Guardia Civil, como advertiría el Gobernador Civil de Álava a la prensa, por lo que se apuntaba, a los izquierdistas del pueblo. Se dan las circunstancias que este concejal también habia sido herido 3 años antes, en la insurreccción anarquista.

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El “Himno de Riego” también interpretado por una banda produjo otro incidente grave entre tradicionalistas y republicanos en La Puebla de Labarca en 1932 que acabó en los tribunales.

Tres meses después, al estallar el golpe, el exalcalde Luis Martínez Hidalgo era liberado de inmediato y los acontecimientos darian un giro vertiginoso en Labastida y en toda Araba al caer la provincia casí inmediatamente en manos del bando sublevado. El entonces concejal republicano de Labastida y delegado gubernativo en el pueblo, Ignacio Martínez, intentó huir de lo que se avecinaba pero fue detenido. Dos concejales tradicionalistas le denunciaron entonces, como responsable de lo ocurrido aquel 1 de mayo de 1936.

Ignacio Martínez fue el que ordenó aquel día cachear al alcalde, Luis Martínez Hidalgo, y al concejal síndico, Alejandro Amurrio Moreno. Pero el enfrentamiento entre Alejandro Amurrio y Ignacio Martínez venia de lejos, en concreto desde 1933, cuando, tras una discusión política, el carlista apuñaló al concejal republicano, tras cruzarse varios insultos.1 Así las cosas Alejandro no paró hasta dar con Ignacio y denunciarle, aprovechando las circunstancias que la historia le ponía en bandeja, con el golpe fascista de 1936.

Uno de los concejales que le denunció le señaló ante el juez en un consejo de guerra en Gasteiz, como “El mayor cabecilla” de la izquierda en el pueblo. Le acusaron de elaborar unas supuestas listas, junto con anarquistas y republicanos del pueblo, con nombres de carlistas que había que fusilar. Listas cuya existencia no llegaron a probarse. Sobre aquel primero de mayo, a Ignacio se le acuso de dirigir «los actos en la manifestación marxista en la que se dieron gritos de ¡Viva Rusia! y se tocó la internacional».

A Martínez Amurrio, como delegado, se le responsabilizaba también de la muerte de cinco alaveses entre julio y octubre de 1936.

Finalmente se le condeno en septiembre de 1938, a treinta años de prisión, acusado de ser el autor de todas las alteraciones del orden habidas en Labastida durante la República (excepto el levantamiento anarquista del 33). Dos vocales emitieron un voto particular solicitando la pena de muerte.

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Año 1929. De Izquierda a derecha: Máximo, Paulino Pérez, Guillermo Burguera, Francisco Santamaría, Tomás Corcuera, Ponciano Santamaría, Tirgo, Feliciano Lafuente, Daniel Quintana y Longinos Gil. Fotografía: Ayuntamiento de Labastida.

En una fotografía que data de 1929 encontramos entre los músicos de la banda a Tomas Corcuera y a Daniel Quintana, protagonistas de parte de la historia que contamos en esta web. Se dan las circunstancias que cuando ocurrieron los hechos de mayo de 1936, existían curiosamente ya dos grupos de músicos: la banda municipal y otra de la que formaban parte algunas personas de izquierdas del pueblo que ensayaban por su cuenta. Dato curioso pero descriptivo de cual era el ambiente de enfrentamiento en aquel tiempo en el pueblo.

(El grueso de estas informaciones pertenecen al libro «Matar, purgar, sanar. La represión franquista en Álava» de  Javier Gómez Calvo)

1 Archivo Intermedio de la Región Militar Noroeste, Fondo Álava-Vitoria, caja 23, expediente 393, y Archivo Municipal de Labastida, actas del Ayuntamiento.